13 diciembre, 2006

Diálogos al borde de las tapas

- Hola, tapa de tortilla.
- Hola, tapa de chorizo criollo. ¡Cuánto has tardado!
- Bueno, no os olvidéis de nosotros - protestan los dos tenedores hermanos, al unísono.
- Lo sentimos, no es de rigor saludar a nuestros verdugos, malditos bastardos.
- De eso nada, monadas. Si acaso, somos el brazo ejecutor, que no el verdugo; el auténtico responsable será ese personaje sentado a la mesa, sin periódico porque estaban todos ocupados.
- ¡Oh! - dice la tapa de chorizo criollo, un poco boba ella.
- Sí, en efecto, él y no nosotros será el asesino. Miradlo, qué cara más triste tiene. ¡Y no se ha afeitado!
- Es cierto, parece estar pensando en algo. Quizás tras la digestión pasemos a alimentar sus sueños y sus deseos, ya no seremos nosotras, diferente forma, pero en el fondo seguiremos siéndolo. ¿O no? - se pregunta, con cara rara, la tapa de tortilla.
- ¡Silencio! - una voz atronadora suena.
- ¿Quién eres?
- Soy ... la mesa. La que sostiene el mundo. ¿Qué sería del mundo sin mesas? Ya no habría personas, sólo animalitos. Quiero que guarden ustedes silencio, y dejen pensar al pobre elemento en paz. Está confeccionando la lista de "cosas-por-hacer-antes-de-que-llegue-la-navidad".


Veamos:
- responder el email de Tita, a ser posible hoy
- dar señales de vida a Ágatha
- dejar el onanismo aparcado
- terminar los dos volúmenes que nos quedan del insufrible Marcelino
- acordarse del cumpleaños de Maggie

No hay comentarios: